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lunes, 29 de marzo de 2010

Digamos la verdad, no engañen al soberano!!!

Un artículo de Alfredo Zaiat (Diario "Pàg. 12" 27/03/2010)


Ciertos temas económicos tienen la cualidad de la permanencia en el debate público, pero van cambiando las características de las etapas históricas que los determinan. Sin embargo, para muchos analistas resulta más sencillo mantener los esquemas rígidos de evaluación, inalterables en el tiempo, porque permite transitarlos por el camino conocido. Esa forma de abordar cuestiones económicas ha sido muy familiar para la corriente conservadora en los últimos años al momento de examinar la situación fiscal, el mercado cambiario e incluso los motores de aceleración del índice de precios. Esa incapacidad de observar variaciones en el funcionamiento de la economía se reconoce en anteojeras ideológicas, fundamentalismo ortodoxo y en la exteriorización de un discurso que defiende los intereses del poder económico. Así les fue con sus pronósticos sobre el recorrido de la economía, acumulando una sucesión de fallidos que terminaron exponiendo esa debilidad conceptual. El panorama debería ser diferente en el variado universo político que tiene como bandera filosófica el pensamiento crítico, que implica rigurosidad, cuestionamiento al saber convencional y precisión en la definición del contexto histórico. No está siendo el caso cuando algunos de esos exponentes se refieren al tema de la deuda.
Pese a frases inflamadas que conmueven a auditorios desprevenidos, hoy la deuda no es un condicionante central para la economía, ni por magnitud ni por su horizonte de vencimientos. Los diferentes indicadores que se utilizan para estudiar la carga de la deuda sobre la economía revelan que es una variable que se ha vuelto manejable, a diferencia del largo período desde el inicio de la década del ochenta hasta el estallido en el 2001, cuando era un potente perturbador de la economía. Algunos datos que reflejan ese cambio:
- En 2003 el total de la deuda bruta del sector público nacional representaba el 139 por ciento del PBI; a fines de 2009 cayó hasta el 49,1.
- Ese indicador desciende al 31 por ciento con la deuda neta de activos y de acreencias intra sector público (bonos en poder de organismos estatales).
- En 2003, el 76 por ciento de la deuda estaba nominada en moneda extranjera; en la actualidad, sólo el 54 por ciento.
- La deuda tenía en 2003 una vida promedio de 6,9 años. Hoy, prácticamente se duplicó, al pasar a 12,7 años.
- En 2003 la deuda era un 722 por ciento mayor a las reservas; en la actualidad es apenas el 120 por ciento.
- Otro indicador relevante es la relación deuda externa nominada en moneda extranjera y exportaciones. En 2003 era 296 por ciento; en 2009, 81 por ciento.
"Pese a este escenario holgado para uno de los temas más complejos de la economía argentina, se está desarrollando un intenso conflicto político desde hace meses a partir del lanzamiento de la reapertura del canje de bonos en default y de la iniciativa de pagar deuda con una pequeña porción de las reservas".

domingo, 21 de marzo de 2010

La FATIDA y sus filiales del interior marcharon contra las patronales de los diarios del interior













El jueves 18 y luego de un Plenario de Secretarios Generales, marcharon hacia el Ministerio de Trabajo los compañeros de la FATIDA y representantes de las 28 Filiales del interior del país.

La protesta se realizó ante la negativa de la patronal del sector diarios(ADIRA) de reconocer los salarios que legìtimamente corresponden de acuerdo a lo que establece el Convenio Colectivo de Trabajo. La ruidosa manifestación contó con la presencia de casi todas las Filiales, numerosos compañeros y compañeras del interior que llegaron a reforzar la marcha, como el caso de la Filial de Santa Fé con su Secretario General a la cabeza. También se sumaron representantes de gremios hermanos de la COSITMECOS, lo que hizo que el marco de la protesta fuera importante y con alguna repercusión sobre todo en los medios televisivos que se hicieron eco de la protesta.
La audiencia prevista para ese día luego de una extensa deliberación, pasó a un cuarto intermedio para el jueves próximo. El apoderado de ADIRA dio a entender que podría llegarse a un principio de acuerdo, esperando todos que sea así. De todas formas hay que estar atentos para
continùar con la protesta en caso de no llegarse a un acuerdo.


jueves, 11 de marzo de 2010

El lado oscuro de las reservas

Un Artículo del ecónomista
Walter Graziano

Desde hace un par de meses, todos los días, después de leer los diarios hago lo mismo: pellizcarme para salir de dudas acerca de si lo que leí es cierto, o si estoy soñando. Resulta que el Gobierno, de origen peronista, popular y de tendencia centroizquierdista, se ve en la obligación, por imperio de las circunstancias, de dedicar el 90% de sus energías al pago de la deuda externa, tema que se ha convertido en el eje central de la vida del país, para lo que se llega a apelar incluso hasta a terminología ligada al sentimiento nacional profundo que puedan albergar las masas. Es así como términos tales como «patriotismo» y «Bicentenario» se usan todas las semanas en relación con el giro de divisas al exterior para pagar deudas…
Si se observa lo que hay del otro lado del mostrador, el lugar para el asombro es indudablemente aún mayor: se puede observar a la flor y nata del liberalismo vernáculo más rancio, en el que se aglutinan, entre otros, dirigentes ligados a los círculos más elitistas de los sectores rurales, medios de comunicación centenarios de indudable tendencia librecambista, políticos de inocultable tendencia derechista, ex funcionarios de elitistas bancos extranjeros devenidos en políticos supuestamente preocupados por el bienestar del pueblo, columnistas políticos de inocultables estrechas relaciones con los sectores más recalcitrantes de los EE.UU., pensadores económicos partidarios del más acérrimo «laissez-faire» -aquel que propone que ni siquiera haya una moneda nacional, sino que cada banco emita la suya y el público elija- y hasta ex altos funcionarios que en los noventa aplicaron la convertibilidad, todos, pero todos, todos, mancomunados defendiendo el no pago de la deuda externa con reservas. Como si se pudiera pagar la deuda con «billetes del estanciero», o directamente, haciendo un corte de manga simbólico, no pagarla si no hay superávit fiscal. ¿Que diría un acreedor del país si se le hubiera dicho, al momento de comprar un bono argentino, que ese bono no se pagaría con las reservas? A no dudarlo, la deuda externa se pagó siempre con las reservas. Y cuando no se pagó fue porque… ¡no alcanzaban las reservas! Aun en los momentos de enorme y suculento superávit fiscal, la deuda externa se pagó… ¡con las reservas!
Y es muy fácil entenderlo dado que el superávit o el déficit fiscal es en pesos, mientras que la deuda externa hay que pagarla en dólares, por lo que de una u otra manera el Banco Central le otorga al Tesoro las reservas necesarias para pagar. De otra manera, los saltos abruptos para arriba y para abajo que experimentaría la cotización del dólar serían el tema diario de todos los argentinos. ¿Se imagina el lector lo que implicaría que un buen día, con superávit fiscal o sin él el Tesoro saliera a comprar unos quinientos millones de dólares para pagar un bono? Es por eso que siempre se pagó, se paga, y se pagará … con las reservas.
¿Canibalismo?
Ahora bien, si esto es así, ¿cómo puede ser que se haya armado tamaño lío por este tema que nunca debería haber dejado de ser una cuestión meramente técnica? ¿Sólo por «canibalismo político»? Puede ser que una buena parte de la comedia de enredos que diariamente vivimos con las reservas provenga del típico chicaneo político que suele imperar en la Argentina. Pero en este caso particular, parece haber algo más atrás. Y parece tratarse de algo que si se ventilara lo suficiente probablemente disuadiría a muchos de quienes hoy se oponen al pago de la deuda con las reservas a dejar de lado su actitud. Ocurre que atado al tema del pago de la deuda está -y no por casualidad- el tema del canje del remanente de la deuda, o sea, el paso que falta para normalizar del todo las relaciones económicas y financieras con el resto del mundo. El Gobierno desea que el canje de títulos de deuda se efectúe de manera ventajosa para el país, o sea que quienes tienen títulos de deuda impagos de la Argentina los canjeen por títulos nuevos con una quita nunca menor del 65% que recibieron los bonos que se canjearon en 2005. Por lo contrario, quienes fogonean la idea de cuidar las reservas a cualquier costo, lo que quieren es que 2010 y 2011 pasen lo más rápido posible, que el canje naufrague o no se haga, que el Banco Central acumule más y más reservas, sea mediante la compra de los excedentes de las exportaciones sobre las importaciones o sea impidiendo cualquier giro al Tesoro para que éste pague su deuda.
Así dadas las cosas, en 2012, estos acreedores hoy disfrazados de opositores comunes, y utilizando a una vasta mayoría de los genuinos opositores que hacen el lamentable papel de «idiotas útiles» a esta maniobra, podrían presionar a cualquier nuevo Gobierno para que solucione de manera definitiva el tema de la deuda de una manera mucho más ventajosa para los acreedores, o sea con una quita de deuda muy inferior al 65%, o incluso nula, dado que si las reservas siguieran batiendo récords tendrían el argumento de que el país contaría con los dólares suficientes para honrar sus compromisos sin ningún tipo de quita. Algunos acreedores de otros países, por ejemplo, de Perú, han logrado eso en el pasado y algunos estudios jurídicos radicados en Buenos Aires así como algunas consultoras radicadas por algunos argentinos en EE.UU. estarían detrás de esta inmensa maniobra que beneficiaría a los fondos buitre y a muchos que han comprado papeles de deuda argentina por centavos y perjudicaría seriamente al país, que quedaría con una deuda externa muy superior a la que resultaría si se procede a resolver la parte de la deuda que falta renegociar desde una posición de dureza y mientras las reservas aún no alcanzan cifras mayores.
A no confundirse entonces, a quienes se consideran a sí mismos auténticos y genuinos opositores del kirchnerismo, lo que les conviene es dejar que el Gobierno pueda resolver lo más rápido y lo mejor posible el tema de la deuda con la mayor quita posible, nunca menos del 65%. De otra manera, si alguna parte de la oposición ganara las elecciones en 2011, serán ellos quienes deban negociar este espinoso tema que se les puede transformar en un terrible dolor de cabeza si no logran imponer una quita al menos igual a la lograda en 2005, cuando el Banco Central tenía muchos menos dólares y el país aún estaba cerca del desastre de 2001-2002. Hay que resaltar que por eso es que en 2005 aún resultaba más fácil negociar quitas tan elevadas. Con el paso del tiempo es cada vez más difícil porque las reservas suben y el país va saliendo de lo peor de su crisis.
Vale la pena meditar un minuto acerca de las muy peligrosas consecuencias que tendría para el país aceptar una quita menor al 65% para el remanente de la deuda. Todos quienes aceptaron la renegociación de 2005 podrían accionar judicialmente contra la Argentina y eventualmente ganar esos juicios, lo que significaría un gran aumento en nuestra deuda externa sin ningún tipo de beneficio. Perderíamos todos. Aunque parezca paradójico entonces, hay que concluir que tanto al Gobierno como a la oposición genuina, la que se opone de buena fe, que sin duda debe ser una parte muy mayoritaria de ella, les conviene lo mismo en lo que se refiere a este tema en particular: o sea, que se termine cuanto antes la renegociación, y que la Argentina quede con la menor deuda posible, negociada en los mejores términos posibles. Para ello es imprescindible que la oposición comprenda que está siendo utilizada y manipulada por un reducido núcleo de argentinos que están operando y maniobrando hábilmente contra la Argentina, a favor de especuladores externos que compraron deuda por centavos y de fondos buitre.

sábado, 6 de marzo de 2010


Día Internacional de la Mujer -La FATIDA emitió un comunicado-


DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER


RECONOCIMIENTO A LA LUCHA DE LAS TRABAJADORAS POR LA
DIGNIDAD Y LOS DERECHOS


Un nuevo ocho de marzo nos encuentra reafirmando el profundo significado de una fecha que nos remite directamente a uno de los hechos más importantes acontecidos por la irrupción de las mujeres en la lucha social y desde sus múltiples roles como trabajadoras y madres.

Este día, muchas veces es funcional a intereses comerciales u oportunistas, cuyo objetivo es precisamente el invisibilizar el protagonismo de las mujeres en los avances sociales. Pero eso no conspira contra la verdadera reivindicación que debemos hacer de este acontecimiento, iluminado por la entrega de la vida de las más de ciento veinte obreras textiles, que murieron quemadas por un patrón que no soportó la huelga de las que reclamaban diez horas diarias de trabajo, poder amamantar a sus hijos, que se termine el trabajo infantil y fundamentalmente ser tratadas como seres humanos, entre otras reivindicaciones.

La lucha de las mujeres ha logrado que hoy no haya lugar donde no estén cumpliendo alguna tarea, pero ello no quiere decir que imperen condiciones de igualdad. Las discriminaciones y los intentos de regresión que pretenden recluir a las mujeres a un rol pasivo en la sociedad, están a la orden del día.

La discriminación laboral y en el pago de las remuneraciones, la doble explotación en el trabajo y el hogar, las persecuciones, el maltrato y la violencia familiar, la trata de personas, la afectación del derecho de las mujeres a decidir sobre sus propios intereses y su capacidad, la utilización mediática y de la imagen y del cuerpo femeninos ubicados como objetos y el lenguaje sexista, no agotan la larga lista de situaciones que es necesario revertir para encaminarnos hacia una sociedad más solidaria y humana.

Por esto, son necesarias políticas públicas que ataquen verdaderamente estas situaciones y fundamentalmente, la toma de conciencia sobre la necesidad de aspirar a las transformaciones que establezcan las responsabilidades sociales sobre los roles.

Hoy, en nuestra Argentina, una mujer ocupa la Presidencia de la Nación. No es poco y sin embargo, y a pesar de la tarea realizada a favor de la inclusión social –que mucho atañe a las mujeres- debemos con dolor reconocer que ningún otro presidente ha sido tan atacado por una oposición que la ha emprendido contra ella de todas las formas posibles. Claro está que es porque son la voz de los medios de comunicación monopólicos que defienden los intereses de los grupos económicos concentrados que obviamente esperan que no haya nunca ningún cambio, y sigamos con el modelo que empezó en la dictadura y concluyó en diciembre del 2001.
Pero en medio de los ataques y los intentos de destitución, aparecen con claridad aquellas expresiones que denotan la culpa en su condición de MUJER.

Por ello, las mujeres deben tomar conciencia y estar alertas. Las quieren llevar para atrás, porque los avances de las mujeres también significan que la sociedad avanza hacia un mundo mejor, con igualdad y justicia.

FEDERACION ARGENTINA DE TRABAJADORES DE LA IMPRENTA, DIARIOS Y AFINES


8 de marzo de 2010

martes, 2 de marzo de 2010

"Es una presidenta difícil"

Carta abierta leída por Orlando Barone
el 2 de marzo en Radio del Plata.
Es una presidenta difícil.
Sí. Todavía más que lo que la oposición presumía. Cuando se la presiente arrinconada por los mastines ladradores ella, sin perder la elegancia Vuitton, los detiene.
Es como la encantadora de perros. La inteligencia es difícil. Y puesta a desarrollar ideas en un discurso desafía al refutador a plantear argumentos de igual coeficiente. Y lo que natura no da, la negación no presta.
Le pasa al periodismo reinante: la honestidad que no se tiene nunca encuentra las noticias honestas. ¡Qué sensación de desigualdad argumental entre la presidenta y los que aspiran a reemplazarla!. Y no digo nada de Cobos. Ya que estuvo impecable en ese papel de nadie que le sienta: de nadie en cuyo rostro se notó la búsqueda de nada para no delatar su impostura.
El recurso de la presidenta de comparar la Argentina real de la virtual dejó al desnudo la realidad de la virtualidad negadora. Al país del cuento mediático en comparación con el del recuento de obras y de acciones.
Es tan demoledor el efecto que causa, exhibir aquella Argentina derrumbada de esta Argentina en construcción, que para no reconocerlo hay que vendarse los ojos, taparse los oídos, apelar a la mentira o sentir nostalgia de esas Fuerzas Armadas que se auto humillaron y que recién hoy van recuperando el orgullo. O reconocerse confesándose a si mismos que no importa cuanto haga el Gobierno: a la oposición opositora oponente no le gusta porque no le gusta.
Responder al discurso, antes que nada con honra, exige la honra de los críticos. O un despojamiento si ya no patriótico, al menos de entendimiento político. Y no el amasijo cualunquista. Pero apenas saltaron de sus bancas a comentar el discurso reincidieron en tratar de disminuirlo. No habló del Indec. Mirá vos. Tampoco de cómo aumenta el bife de costilla. No. Pero si habló de cosas de tamaño Estado: habló del mayor crecimiento económico en doscientos años de historia argentina. Habló de superávits inéditos. De la creación de millones de puestos de trabajo, de nuevos millones de jubilados que estaban fuera del sistema, de millones de megavatios que impidieron el apagón que se auguraba deseándolo. Habló de la disminución de la mortalidad infantil. De la dignidad de la Argentina científica. ¿Si? Pero no habló de los 2 millones de dólares que compró el marido para el hotel. Ni de la valija de Antonini. Ni de la declaración jurada. Así no vale. Cualquiera se luce hablando de que nunca como hoy hubo tanto presupuesto educativo, tanta distribución de planes para hijos y familias, tanta inserción internacional y tanta adhesión latinoamericana. Eso sí, no habló de represión: porque no hay. Ni habló de ajuste; porque al contrario, hay aumentos salariales y sostenimiento del empleo. Habló de los nietos e hijos de desaparecidos. ¿Y qué? Ya se sabe. No hay que andar enrostrándolo como si no se supiera. Bueno, algunos sufren de amnesia y de amnistía.
¡Qué discurso a capella! No traten de imaginarse a candidatos como Reutemann, Macri, Duhalde, Menem , De Narváez empeñados en emularla. Sería inútil. Únicamente si hacen mímica, y detrás de ellos ponen algún compact con la voz de Kovadloff o la de Aguinis. Acaso la única capaz de juzgarla como oradora es Elisa Carrió sino le pesaran los rosarios. O el odio.
La presidenta tampoco habló de la Iglesia opositora. Una omisión atea. Si quiere ser la presidenta de todos tendría que haber citado a Duhalde cuando dijo: “Queremos un país para los que quieren a Videla y para los que no lo quieren”. Pero ella no puede con su naturaleza.
Es una presidenta difícil. Pregúntenle a Magnetto. Y respecto al uso de las reservas para el Fondo del Bicentenario viendo la reacción del auditorio contra, debió pensar en lo que dijo Maradona. Pero ella no lo dijo.