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viernes, 28 de marzo de 2008

PARO DEL CAMPO -Posición de la FATIDA-

ANTE LOS HECHOS DE PUBLICO CONOCIMIENTO LA
FATIDA EXPRESA SU POSICIÓN.

Nos dirigimos a ustedes preocupados profundamente para dar a conocer nuestra opinión sobre los graves acontecimientos que son de público conocimiento y que hoy afectan a todo el pueblo argentino de varias formas; de manera especial, en la de provisión de alimentos y otros productos de primera necesidad para el desarrollo normal de las actividades cotidianas.

Ante el silenció de otros, es necesario acercarles una reflexión para compartir con todos los compañeros, dados los desembozados intentos por confundir sobre la índole del conflicto planteado por un sector de la producción del agro, y la importancia que el mismo sea analizado desde el punto de vista de los intereses colectivos y más aún, desde nuestra posición como integrantes del movimiento obrero organizado.

Las protestas contra las decisiones del gobierno nacional de aumentar las retenciones a quienes producen soja, está motorizada por el sector que más ganancias ha obtenido de los cambios de modelos socioeconómicos iniciados; primero con la dictadura militar y luego con la implementación más dura de la etapa neoliberal de los 90, para terminar con beneficios siderales luego de la caída de la convertibilidad, a causa de la suba extraordinaria de los precios internacionales de la soja y otros productos del agro.

Las acciones que incluyeron un paro por tiempo indeterminado y el corte de rutas, con miles de penurias causadas al pueblo argentino, son encabezadas por claras identidades políticas, que explícitamente nos dicen que sus intenciones no son sólo protestar por las subas en las retenciones, sino que trascienden a cuestionar seriamente e intentar limitar la intervención del Estado en la economía, al servicio de un proyecto nacional y popular, con otro esquema de distribución de las riquezas. Porque son los mismos sectores que detentaron como ideal el total desmantelamiento del Estado, con sus nefastas consecuencias para la Argentina.

Las fabulosas ganancias de este sector concentrador, son consecuencia de una política que sostienen todos los argentinos, obviamente incluídos los trabajadores. Así, el sostenimiento del tipo de cambio peso/dólar, el subsidio a los combustibles –fundamentalmente el gasoil-, el pago de las compensaciones que permite vender productos a precios internacionales, la intervención del estado (Banco de la Nación Argentina), que licuó las deudas de miles de productores que iban a perder sus tierras, son aportes sustanciales al sostenimiento de este proceso económico que los tiene como acumulando ganancias en forma permanente. A esto le debemos sumar el precio pagado por miles de pequeños campesinos, que en los últimos años fueron desalojados de todas las maneras posibles en varias provincias, para permitir el avance de la soja; las consecuencias sobre muchas poblaciones por el uso intensivo de los productos agroquímicos, que han creado daños ambientales irreversibles y los resultados de su tecnificación, que produjeron que fuera uno de los sectores que más puestos de trabajo eliminara, llevando a miles de familias a poblar las periferias de los centros urbanos con hambre y miseria. Como en otros tantos aspectos de la intervención de este sector en la vida política argentina, nunca se hicieron cargo. Y hoy ya nada ha detenido a los llamados “pools” de siembra, que tienen la mayor cantidad de los millones de hectáreas de tierras productivas.

Por todo ello, es justo y legítimo que el Estado implemente los mecanismos para que una parte sustancial de esa renta sea redistribuida a través de políticas que beneficien a todo el pueblo argentino. Y es hora de llevarlos obligadamente a hacer el aporte que muchos otros sectores, entre ellos el movimiento obrero, vienen haciendo desde hace años generosamente, aún habiendo perdido muchas conquistas aún no del todo recuperadas, como una mayor participación salarial en el Producto Bruto Interno.

Ante esto, sostenemos que, lejos de ceder ante sectores que intentan producir un público golpe de efecto –en sociedad con algunos multimedios- para debilitar a un gobierno popular, que se manifiesta en la construcción de un modelo distinto del neoliberal, es imprescindible profundizar aun más la reconstrucción y el fortalecimiento del Estado, garantizando la provisión de alimentos a futuro avanzando en la redistribución de la riqueza y priorizando y ayudando a las provincias más pobres y sectores de la pequeña y mediana empresa.

Es importante que hoy tomemos partido. Este sector que protesta, no puede definir el proyecto de país, porque lo hicieron durante algunos tiempos y a las mayorías les fue muy mal. Lo que se juega no es si un sector tiene más o menos retenciones o si gana de una forma o de otra.
Lo que está para definir es si se va a retroceder en el rumbo iniciado luego de la caída de la convertibilidad, o si se profundizan y aseguran, avanzando hacia la justicia social, las políticas que permitieron recuperar la producción y el trabajo del pueblo argentino en general y la clase obrera en particular.

Buenos Aires, 28 de marzo de 2008

CONSEJO DIRECTIVO NACIONAL
F. A. T. I. D. A.