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miércoles, 29 de octubre de 2008

Analisís de la crisis financiera mundial y la cuestión previsional en nuestro país



LA ENORME CRISIS FINANCIERA MUNDIAL
Y SU REPERCUSION EN NUESTRO PAIS
Y LA CUESTION PREVISIONAL EN ARGENTINA
Por Enrique Marano
Secretario Gral de FATIDA



Hubo quienes opinaban que la subida financiera pergeñada por la especulación y “la codicia”, mediante los juegos de las bolsas y los fondos paralelos de dudosa procedencia, iban a durar casi indefinidamente, mediante lo que llamaron “ingeniería financiera”, que eran “operaciones apalancadas”. O sea éstos y otros términos para hacer caer a los incautos y engañar a la opinión pública. (a través de los multimedios).
También hubo importantes personajes de la banca y funcionarios de organismos internacionales (F.M.I) que apoyaban “esta nueva era de la economía” y se permitieron dar consejos y ejercer presiones sobre los gobiernos de los países emergentes o en desarrollo, para condicionarlos y llevarlos a “abrir los mercados, para la libre circulación de los capitales”. Decían que así, vendría un crecimiento de la economía y esto sería beneficioso para combatir la pobreza…(aquí los conocimos y padecimos en especial con Martinez de Hoz y durante la década de los noventa).
Nunca hubo mentira y engaño más grande, a nivel global. Pocas voces en el mundo y en la Argentina, tuvieron la responsabilidad de advertir -remando contra la corriente- (y los medios), que se estaba creando mayor pobreza y que la mayor riqueza que hubiera, iba a quedar en manos de los más ricos individuales y las grandes corporaciones supranacionales, las que ya dijimos en otras ocasiones, que “no tienen patria, ni bandera”, ni sensibilidad social. Los responsables de estas maquinaciones en el “imperio” del norte, están callados, o se andan moviendo sigilosamente, haciendo gestiones para lograr partidas multimillonarias, para “recapitalizar” los grandes bancos. Dentro de esas maniobras, estaba el otorgar hipotecas fáciles de conseguir a “tasa variable”, que partían de niveles bajos, cuyos papeles se vendían en el llamado “mercado secundario” y haciendo una cadena que fue inflando el valor de las propiedades de manera desmesurada, porque mucha gente compró para hacer diferencia con la reventa. Así se fueron formando “las burbujas” en Estados Unidos y otros países, como España, donde ahora hay nuevas construcciones de barrios sin dueños, o si los tienen se alquilan, o venden a precios muy reducidos y no encuentran comprador.
Pero como todo se termina, cuando no tiene bases sólidas, toda la operatoria de las grandes finanzas, comenzó a crujir, las acciones a bajar su cotización y por lo tanto dar pérdidas muy grandes, cuya cifra global nadie se anima aun a calcular, partiendo de una base de 1 billón, trescientos mil millones de dólares. Ante esta cifra colosal, difícil de describir, el gobierno conservador de EE.UU. tuvo que salir a respaldar el sistema con un plan de 750.000 millones de dólares. Otros países europeos, tuvieron que salir con urgencia a hacer operaciones proporcionalmente similares.
Ellos tan enemigos de la participación de los gobiernos en la economía de los países, tuvieron que abjurar de su doctrina económica ultraliberal y tomar los libros de Keynes, quien diseñó el camino de salida, a la gran depresión producida en la aciaga década de 1930, la peor que conoció el mundo moderno, con la estrepitosa caída de los precios de la producción agrícola y ganadera y los minerales, incluyendo el petróleo -que ahora les llaman “commoditys” por un lado y centenares de millones de cesantes, desocupados, enfermos, hambrientos y necesitados, por otro lado, que hacían cola para recibir un plato de comida o sopa por día., en EE.UU. y otros países, sumidos en la pobreza, como la Argentina de aquella “década infame” que vivieron nuestros mayores. Fueron frutos amargos del capitalismo salvaje.
Ahora la historia vuelve a repetirse
, por los ciclos económicos del capitalismo, aunque se esfuerzan por disimularlo, y sus efectos se están trasladando a otros países, de la América Latina y entre ellos nuestra Argentina. Ya se están viendo los primeros efectos aquí de una baja en la demanda de compras, eliminación de horas extras, adelanto de vacaciones, acortamiento de la semana laboral, o suspensiones de actividad una semana por mes, terminación de los contratos a plazo, preavisos, y envíos de telegramas de despidos, etc.
Todo ello, para los que están en “relación de dependencia”. Los que están ilegales, o “en negro”, un 40% de la fuerza laboral, simplemente les van diciendo que dejen de venir a trabajar, los que, en el mejor de los casos, deben ponerse a hacer largos juicios.
Frente a este cuadro resumido, el gobierno nacional comienza a tomar algunas medidas, como la aplicación de salvaguardas para controlar que las empresas no hagan cualquier cosa rápidamente con sus empleados/as. Se les obliga a tener que preavisar a la autoridad del Trabajo, nacional o provincial, siempre antes de tomar alguna medida que innove en la relación laboral, no consentida por el personal. Allí se abre una actuación obligatoria, con exposición de las partes y en procura de una forma de solución al conflicto creado por las razones conocidas. De última, estará el “Procedimiento Preventivo de Crisis” ya conocido en los años 2001 al 2003. Lo importante es poner a salvo los puestos de trabajo, y resguardar los derechos integrales y el salario justo del trabajador y su familia. Para eso, está la representación sindical y legal de los trabajadores sindicalizados, con el eficaz apoyo de los abogados laboralistas.
Nosotros creemos
, –desde antes de ahora– que debería implementarse un Comité Mixto, con representación del gobierno, de los trabajadores legalmente representados, de los sectores empresarios de la producción, el comercio y los servicios y especialistas reconocidos del ámbito universitario y profesional, para estudiar todos los temas principales, mientras dure esta grave emergencia, mundial, a efectos de analizar y proponer por consenso, las medidas que las circunstancias requieran. Sean éstas de orden público, o a propuesta del gobierno o por alguna de las partes integrantes.

LA CUESTION PREVISIONAL

Frente a esta enorme crisis global, que está movilizando a los gobiernos de todos los continentes, ante el peligro que aun pueda empeorar, está el grave problema de asegurar y garantizar las prestaciones previsionales a jubilados y pensionados y a los que se vayan a retirar en los próximos años. Aquí tenemos dos subsistemas: el de capitalización individual (privado) y el de reparto.(público).
Ante la gravedad de toda la crisis mundial, con la caída de grandes bancos y fondos de inversión –y antes que sea demasiado tarde– el gobierno nacional envió un proyecto de ley para pasar el sistema privado a la esfera pública, para garantizar la continuidad de las prestaciones, reasegurando así la movilidad de las jubilaciones ya resueltas de aplicar a partir de marzo del 2009, por la ley 26417. Esto viene trayendo una oposición cerrada de sectores políticos, económicos, financieros y un sector de profesionales y comunicadores sociales y viejos representantes del neoliberalismo vernáculo, que no deben nombrarse y los miembros de las AFJP, que hasta hacen jugar a una parte de sus personales, para que salgan a hacer manifestaciones en la calle y medios.
Se dice que “se le está robando” a la gente que aporta a las AFJP sus ahorros, que son de su derecho absoluto, etc. En realidad, como al principio, hace catorce años, que se prometía a jubilados que cuando se retiraran iban a poder vacacionar en las islas del Caribe…y cobrar mucho más que en la jubilación oficial de reparto, etc. Lo cierto es que el estado nacional debe acudir a complementar 300.000 jubilaciones por mes de las AFJP, para que cobren los $ 690 de la jubilación mínima garantizada. A otros 3.000, que se les agotó ya sus propios fondos aportados compulsivamente, el sistema público les abona la totalidad de la mínima de $ 690.
En concreto –hasta ahora– del sistema nacional público, salen 4.000 millones de pesos por año, para no dejar en la calle y la indigencia a toda esa gente que ya no cubre el sistema privado de capitalización. Allí no hay solidaridad, pues se aplica aquello cruel e insolidario de “tanto tienes tanto vales”.
En cuanto al “derecho” afectado, hasta se ha dicho que es una “expropiación”. Se miente a sabiendas, pues no es un derecho absoluto como sería una cuenta corriente, o caja de ahorros, que uno puede hacer hasta cinco extracciones por mes en las segundas y emitir cheques sobre la primera. Eso sí, el único derecho que tiene el aportante es cambiarse de AFJP –si quiere– cada cinco años, pero no disponer de esos fondos.
Según el respetado constitucionalista Dr. Badeni, (no oficialista), “Los aportes previsionales son “un derecho en expectativa” para cuando uno se jubila, o se invalida y le toca luego, por continuidad del derecho, a la viuda o causahabiente. No hay entonces ninguna pretendida “expropiación”, como dicen algunos opositores, para confundir y emponzoñar el ambiente. En cambio, en el sistema de “reparto solidario”, el jubilado o pensionado/a, sigue cobrando –no hasta que se le terminen sus fondos– sino hasta que falleciera, cualquiera sea su edad. Son muchos los casos conocidos, superiores a los noventa (90) años, que siguen cobrando sus haberes jubilatorios o de pensión, cosa que el sistema privado no contempla, porque no es solidario y está hecho para ganar dinero.
Baste decir que el sistema de “capitalización” que tanto se vocifera en su defensa, nada dice que es el más caro del mundo, entre los trece países que tienen este sistema, pues cobra por recibir y mantener los fondos de los aportantes, entre un 27 al 30% del aporte mensual, por gastos administrativos, seguros, etc. O sea, de cada $ 100 que aporta el trabajador o empleado, solo le capitalizan $ 70 por mes. Pero, no termina allí la cosa –entre varios males no conocidos– sino que como con los fondos recaudados, se hacen “inversiones” a criterio exclusivo de los Gerentes y dueños de las AFJP, si lo que invierten en la bolsa, baja en su cotización, éstas son pérdidas, que van a castigar los saldos de los depósitos de los aportantes. O sea se descapitalizan: para ello, véase con cuidado los informes que deben enviar las AFJP cada tres meses, comparándolos con los trimestres anteriores, por ejemplo del 2007 y 2008.
Justo es decir, que este juego perverso, no se aplica en el sistema oficial de “reparto solidario”, donde no hay cobro de comisiones, ni descapitalización, porque haya bajado la cotización de las inversiones en bonos o acciones en la Bolsa.
Habría mucho más para exponer y esclarecer a los trabajadores y trabajadoras
, pero creemos por ahora aquí que es suficiente. Nosotros desde la FATIDA, en 1994, optamos por mantenernos en el sistema oficial de “reparto solidario”, a pesar de toda la propaganda y las presiones en contra.
El aporte previsional obligatorio de los asalariados, no puede estar administrado por los negociantes y especuladores de la Bolsa y financieras.
Ahora, a catorce años de su vigencia forzada, las realidades y el tiempo nos han dado la razón.
Con los debidos cuidados, garantías y mejoras, que merece y necesita el proyecto elevado al Congreso Nacional, es el momento de aprobarlo dentro de este año, antes que sea demasiado tarde, por las tormentas financieras en que el mundo se encuentra.
Después de tantas luchas, los jubilados presentes y futuros, merecen el mayor respeto y ésta es la ocasión histórica de demostrarlo. Así se expresaron las dos centrales obreras argentinas recientemente.
Es responsabilidad del gobierno nacional y los legisladores, volver a las fuentes, como lo establece el artículo 14 bis de la Constitución Nacional.

Buenos Aires, 28 de octubre de 2009