POR LOS BAJOS APORTES, QUIEREN QUE EL GOBIERNO SUBSIDIE LA ATENCIÓN MÉDICA
En la CGT advierten que dejarán de atender a los monotributistas si no logran equiparar sus aportes con los de los trabajadores formales. Llevarán el reclamo al jefe de Gabinete
Pese a las últimas concesiones oficiales destinadas a mejorar los ingresos de las obras sociales administradas por los gremios, los hombres de la conducción de la CGT están lejos de haberse conformado. Ahora el principal malestar sindical se concentra sobre el costo que deben enfrentar los gremios para financiar la atención médica de alrededor de 1,1 millones de monotributistas, que utilizan los servicios de las obras sociales, pero cuyos aportes representan menos de la mitad de las contribuciones de los trabajadores en relación de dependencia.
Cerca de Hugo Moyano advirtieron esta semana que el último incremento del aporte mensual, que a partir de este mes se elevó de $ 37 a $ 44, no alcanza para cubrir “ni la mitad de las prestaciones”. Y anticiparon que en la reunión que pidieron con el jefe de Gabinete, Sergio Massa, reclamará “algún tipo de asistencia estatal” con la advertencia de que, de lo contrario, dejarán de brindar atención médica a los monotributistas.
“Estamos enfrentando un rojo muy importante porque los ingresos no alcanzan para esa atención. No se puede seguir dando salud si no se paga”, sostuvo un dirigente, tras lo cual recordó que desde agosto las obras sociales enfrentan un aumento de 25% en los costos de prestaciones y estudios que contratan a sanatorios y clínicas. Justamente ese incremento, autorizado por la Superintendencia de Salud que dirige Héctor Capaccioli sin un previo consenso con los gremios, reactivó la bronca de Moyano contra el funcionario, al punto que la CGT se reclamó a Massa el fin de la intervención del organismo en la definición de los valores de las prestaciones de salud.
La protesta que ahora la central llevará al Gobierno respecto de la atención médica de los monotributistas incluye, según adelantó un referente de la cúpula de la entidad, una propuesta para que el Estado se haga cargo de financiar la diferencia entre el aporte de ese pequeño contribuyente y la contribución promedio de un trabajador formal. Otra posibilidad, según el vocero, es que se recorte el número de prestaciones o que se arancelen algunos servicios que actualmente figuran dentro de la atención básica.
La queja de los gremios tiene lugar pese a que desde octubre las cajas de las obras sociales obtendrán ingresos adicionales por unos $ 50 millones mensuales por efecto del aumento en el tope salarial para calcular los descuentos y contribuciones de los trabajadores en blanco.
Pese a las últimas concesiones oficiales destinadas a mejorar los ingresos de las obras sociales administradas por los gremios, los hombres de la conducción de la CGT están lejos de haberse conformado. Ahora el principal malestar sindical se concentra sobre el costo que deben enfrentar los gremios para financiar la atención médica de alrededor de 1,1 millones de monotributistas, que utilizan los servicios de las obras sociales, pero cuyos aportes representan menos de la mitad de las contribuciones de los trabajadores en relación de dependencia.
Cerca de Hugo Moyano advirtieron esta semana que el último incremento del aporte mensual, que a partir de este mes se elevó de $ 37 a $ 44, no alcanza para cubrir “ni la mitad de las prestaciones”. Y anticiparon que en la reunión que pidieron con el jefe de Gabinete, Sergio Massa, reclamará “algún tipo de asistencia estatal” con la advertencia de que, de lo contrario, dejarán de brindar atención médica a los monotributistas.
“Estamos enfrentando un rojo muy importante porque los ingresos no alcanzan para esa atención. No se puede seguir dando salud si no se paga”, sostuvo un dirigente, tras lo cual recordó que desde agosto las obras sociales enfrentan un aumento de 25% en los costos de prestaciones y estudios que contratan a sanatorios y clínicas. Justamente ese incremento, autorizado por la Superintendencia de Salud que dirige Héctor Capaccioli sin un previo consenso con los gremios, reactivó la bronca de Moyano contra el funcionario, al punto que la CGT se reclamó a Massa el fin de la intervención del organismo en la definición de los valores de las prestaciones de salud.
La protesta que ahora la central llevará al Gobierno respecto de la atención médica de los monotributistas incluye, según adelantó un referente de la cúpula de la entidad, una propuesta para que el Estado se haga cargo de financiar la diferencia entre el aporte de ese pequeño contribuyente y la contribución promedio de un trabajador formal. Otra posibilidad, según el vocero, es que se recorte el número de prestaciones o que se arancelen algunos servicios que actualmente figuran dentro de la atención básica.
La queja de los gremios tiene lugar pese a que desde octubre las cajas de las obras sociales obtendrán ingresos adicionales por unos $ 50 millones mensuales por efecto del aumento en el tope salarial para calcular los descuentos y contribuciones de los trabajadores en blanco.
Fuente:El blog de la salud