La historia
En un nuevo 25 de noviembre, ya instalado como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, vale la pena recordar los hechos que le dieron origen y que tuvieron lugar hace cuarenta y nueve años en la República Dominicana, durante la tenebrosa dictadura que asoló a ese pueblo encabezada por Rafael Trujillo.
El 25 de noviembre de 1960 son asesinadas por orden del dictador las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, porque eran parte de la larga lucha del pueblo dominicano contra la sangrienta dictadura, y que incluyó también la muerte del padre.
En una sucesión de acontecimientos, que incluyen la anécdota donde Minerva Mirabal rechazó los asedios de Trujillo en una fiesta y lo abofeteó, las hermanas se organizan para luchar contra la dictadura, y en forma clandestina usan el nombre de “Mariposa”, en el Movimiento de Resistencia Interna que crearon, luego llamado Movimiento Clandestino 14 de junio. Con sus esposos encarcelados, a raíz de la feroz represión desatada, fueron emboscadas y asesinadas, intentando ocultar el crimen como si fuera un accidente.
En 1981, el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, en Bogotá, propone –en homenaje a las heroicas hermanas Mirabal- el 25 de noviembre como día contra la violencia hacia las mujeres. En mayo de 1987, la Conferencia Internacional de la Mujer, coincide con la propuesta, en lo que hasta hoy es un avance en la toma de conciencia sobre esta realidad.
Nuestra realidad
El 25 de noviembre de 1960 son asesinadas por orden del dictador las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, porque eran parte de la larga lucha del pueblo dominicano contra la sangrienta dictadura, y que incluyó también la muerte del padre.
En una sucesión de acontecimientos, que incluyen la anécdota donde Minerva Mirabal rechazó los asedios de Trujillo en una fiesta y lo abofeteó, las hermanas se organizan para luchar contra la dictadura, y en forma clandestina usan el nombre de “Mariposa”, en el Movimiento de Resistencia Interna que crearon, luego llamado Movimiento Clandestino 14 de junio. Con sus esposos encarcelados, a raíz de la feroz represión desatada, fueron emboscadas y asesinadas, intentando ocultar el crimen como si fuera un accidente.
En 1981, el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, en Bogotá, propone –en homenaje a las heroicas hermanas Mirabal- el 25 de noviembre como día contra la violencia hacia las mujeres. En mayo de 1987, la Conferencia Internacional de la Mujer, coincide con la propuesta, en lo que hasta hoy es un avance en la toma de conciencia sobre esta realidad.
Nuestra realidad
La unidad entre la condición de mujeres y la lucha no es causal en este día.
Vivimos en un país que registra porcentajes cada día más altos de violencia doméstica y desigualdad. Lenta y silenciosamente se va transformando en una de las principales causas de muerte en las mujeres. Si no se detiene, el feminicidio va a ser parte de nuestra realidad cotidiana, que atraviesa a todas las clases sociales. Las muertes son evitables y los sufrimientos también.
Esta lacerante realidad no es un problema individual, sino social que necesita políticas públicas que incluyan la prevención a través de la educación y la toma de conciencia sobre la necesidad de alcanzar una mejor calidad de vida para todos.
El feminicidio, el acoso sexual y físico en los ámbitos laborales, la violencia física, la mercantilización del cuerpo femenino en los medios de comunicación, la trata y el tráfico de mujeres y niños/as, la prostitución, pornografía, esclavitud, esterilización forzada, las muertes por abortos, la falta de opciones reproductivas y autodeterminación son realidades que deben ser eliminadas para que tengan vigencia los derechos humanos de hombres y mujeres en igualdad.
Debemos luchar contra el silencio, la discriminación, la impunidad, la dependencia y las justificaciones teóricas y de toda índole que toleran y pretenden justificar la violencia hacia las mujeres. Y también contra las políticas neoliberales, que afianzan todas las formas de ataque a los derechos, especialmente a los de las mujeres.
Promovamos los cambios necesarios para que se reconozca a todas las personas como individuos con derecho pleno:
Educación no sexista con campañas de concientización, creando ambientes donde no sea aceptada la violencia contra la mujer.
Apoyo a las organizaciones que luchan contra la discriminación, los abusos y la violencia.
Hacer responsables a los medios que distorsionan, apropiándose de la imagen femenina para promover el abuso sobre su cuerpo.
Prevención de la violencia, con campañas de sensibilización sobre las consecuencias del patriarcado
Leyes que castiguen la violencia ejercida contra las mujeres en todas sus formas. Con especial inclusión del tráfico y la trata.
Vivimos en un país que registra porcentajes cada día más altos de violencia doméstica y desigualdad. Lenta y silenciosamente se va transformando en una de las principales causas de muerte en las mujeres. Si no se detiene, el feminicidio va a ser parte de nuestra realidad cotidiana, que atraviesa a todas las clases sociales. Las muertes son evitables y los sufrimientos también.
Esta lacerante realidad no es un problema individual, sino social que necesita políticas públicas que incluyan la prevención a través de la educación y la toma de conciencia sobre la necesidad de alcanzar una mejor calidad de vida para todos.
El feminicidio, el acoso sexual y físico en los ámbitos laborales, la violencia física, la mercantilización del cuerpo femenino en los medios de comunicación, la trata y el tráfico de mujeres y niños/as, la prostitución, pornografía, esclavitud, esterilización forzada, las muertes por abortos, la falta de opciones reproductivas y autodeterminación son realidades que deben ser eliminadas para que tengan vigencia los derechos humanos de hombres y mujeres en igualdad.
Debemos luchar contra el silencio, la discriminación, la impunidad, la dependencia y las justificaciones teóricas y de toda índole que toleran y pretenden justificar la violencia hacia las mujeres. Y también contra las políticas neoliberales, que afianzan todas las formas de ataque a los derechos, especialmente a los de las mujeres.
Promovamos los cambios necesarios para que se reconozca a todas las personas como individuos con derecho pleno:
Educación no sexista con campañas de concientización, creando ambientes donde no sea aceptada la violencia contra la mujer.
Apoyo a las organizaciones que luchan contra la discriminación, los abusos y la violencia.
Hacer responsables a los medios que distorsionan, apropiándose de la imagen femenina para promover el abuso sobre su cuerpo.
Prevención de la violencia, con campañas de sensibilización sobre las consecuencias del patriarcado
Leyes que castiguen la violencia ejercida contra las mujeres en todas sus formas. Con especial inclusión del tráfico y la trata.
COMISION PARA LA IGUALDAD DE OPORTUNIDADES
FEDERACION ARGENTINA DE TRABAJADORES DE LA IMPRENTA,
DIARIOS Y AFINES (FATIDA).
NOVIEMBRE DE 2009